3 mar 2013

El Alzamiento en Sevilla. Queipo de Llano. Manuel Fal Conde y los requetés


Gonzalo Queipo de Llano

Los requetés apoyados por civiles, falangistas y guardias civiles, no solo fueron la base victoriosa en los primeros tiempos de la guerra, sino que consistieron en la plena justificación  social del Alzamiento Nacional. 
Sevilla se convirtió en  un ejemplo de tal movimiento.
Cuando la guerra se intenacionalizó, lógicamente, estos grupos sociales pasaron a un segundo término.


                           leer   Queipo de Llano y los asesinatos en El Arahal

Enero 1939
ABC Sevilla
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Mi postura acerca de los responsables de la Guerra Civil
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Leer: "El Alzamiento Nacional fue proyectado y provocado por la Internacional Comunista y el Gobierno de la República del Frente Popular Español"


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Los nacionales entran en Constantina, de L'Ilustration
                                                         
Fal Conde, Queipo de Llano y Redondo



.....................AAlfredo Kindelán


El 18 de julio de 1936, minutos después de medianoche, el general Gonzalo Queipo de Llano arrestó al general de División José Fernández de Villa-Abrille, jefe de la Segunda División (más tarde, fue juzgado y condenado a seis años de cárcel). Con esta maniobra, Queipo de Llano asumió el control militar de Sevilla, y desde la emisora de radio dio instrucciones al resto de las guarniciones de Andalucía, a la par que animaba a la población civil a sublevarse contra el Gobierno del Frente Popular. Se expresaba de esta forma: "Las autoridades que representaban en Sevilla al indigno Gobierno de Madrid se hallan todas en mi poder y sobre ellas caerá el peso de la ley marcial".
Por su parte, el Gobierno comunicó que "los facciosos retransmitían desde Radio Ceuta simulando que emitían desde Radio Sevilla".
Queipo de Llano no pudo controlar en las primeras horas tanto a la Guardia de Asalto como la resistencia en la base aérea de Tablada, donde ese día aterrizaron aviones procedentes de Madrid para abastecerse y bombardear a los sublevados en Marruecos, operación que no obtuvo resultado significativo.
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......Antonio Castejón Espinosa
con uniforme de coronel


Los requetés desde los primeros momentos  se enfrentaron a los guardias de asalto apoyados por milicianos, que esperaban la pronta ayuda de algo más de un centenar de mineros onubenses cargados de explosivos, pero estos fueron derrotados por una agrupación de la Guardia Civil de Huelva, que al circular por delante de la columna de mineros, al llegar a las afueras de Sevilla tuvo fiel conocimiento de la situación bélica y de los motivos del Alzamiento, por lo que se identificaron con la España Nacional. Los mineros supervivientes mayores de edad, que no consiguieron huir, fueron juzgados, con rapidez, y fusilados.
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A primeras horas del día 19, el comandante de la base de Tablada, Rafael Martínez Esteve se unió a los nacionales y rindió el aeropuerto, que tras sufrir un bombardeo de aviones con base en Madrid, contempló la llegada a media tarde del comandante Antonio Castejón Espinosa al frente de una columna de la Legión. 
El día 20 de julio, una avanzadilla de la Legión de unos veinte hombres bajo el mando de Antonio Castejón, llegó a Sevilla y apoyó a los requetés de Fal Conde, Luis Redondo jefe Regional de Sevilla y Enrique Barrau. Entre ese día y el 22, los nacionales vencieron las últimas resistencias en el barrio de Triana de Sevilla y en la próxima Dos Hermanas.
El día 22, una columna de nacionales tomó El Arahal, donde los milicianos habían realizado una sangrienta y rebuscada matanza de hombres y mujeres, lo que motivó una severa represión contra los milicianos frentepopulistas detenidos. 
Una columna bajo el mando de Antonio Castejón se dirigió al este de Sevilla, tomando desde Alcalá de Guadaira a La Roda.
Cantillana fue tomada el 30 de julio por el comandante José Gutiérrez Pérez con una columna mixta, con guardias civiles incorporados a ella.
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......Una columna de nacionales entra en Cantillana
Foto de L'Illustration

En las fechas siguientes, los nacionales tomaron toda la provincia sevillana, excepto los pueblos de la Sierra Norte, que cayeron en manos de la Legión y de los Regulares en las primeros días de agosto. Tristes sucesos como los ocurridos en Constantina y en El Arahal, con asesinatos de hombres y mujeres civiles, y las represiones posteriores se repitieron en la provincia, pero con menor intensidad.
El teniente coronel Carlos Asensio
 Cabanillas el 1 de agosto partió de Sevilla hacia Badajoz marchando al frente de la V Bandera de la Legión y del II tabor de Regulares de Ceuta, conforme la planificación que había realizado Juan Yagüe.
El 2 de agosto, el comandante Antonio Castejón se dirigió hacia Badajoz, conquistando a su paso Cazalla y  Constantina, que cayó el 9 de agosto tras una resistencia desacostumbrada de los frentepopulistas, muy superiores en número a los nacionales y que en días anteriores habían asesinado a noventa y dos civiles, siendo una parte de ellos torturados y muertos públicamente. También en Constantina los frentepopulistas destrozaron numerosas obras de arte de la Iglesia. La represión cometida con los milicianos que no habían huido fue severa, ejecutándose a cerca de un millar de ellos.


Luis Redondo y los requetés de Andalucía



                                   Los requetés en Andalucía y España

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Los requetés intervinieron con eficacia en la ocupación de los pueblos de Huelva, destacando los esfuerzos de la Columna de Luis Redondo García y la del Requeté Andaluz, todos ellos bajo la coordinación de Manuel Fal Conde, Delegado Secretario General de Comunión Tradicionalista o carlistas, cargo que ejercía desde el 3 de mayo de 1934.
El 29 de julio, una columna que había salido de Sevilla al mando de Ramón de Carranza sometió todas las villas a la largo del itinerario recorrido, desde Almonte a Huelva.
Fal Conde, al ser onubense, contribuyó a organizar con conocimiento la vida social y política de la provincia, una vez finalizados los combates en la región.
ABC de Sevilla

Se estima en 70.000 el número de carlistas que lucharon en el bando nacional, entre ellos, los andaluces fueron los primeros en sublevarse contra el Frente Popular, aunque el mayor contingente fue el navarro, que el 19 de julio, tras controlar Pamplona y crear las Juntas de Guerra, que se pusieron a las órdenes del general Emilio Mola.
En Cataluña se creó una unidad de 1.600 requetés. "El tercio de Requetés de Nuestra Señora de Montserrat" que actuó en Aragón y la Batalla del Ebro.
En total, sumando los requetés alaveses, se estima en seis mil el número de requetes que murieron en combate a lo largo de la guerra civil.
La columna de Luis Redondo pasó a continuación a combatir en la provincia de Jaén, donde obtuvo una señalada victoria en Lopera.
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El aeropuerto de Tablada  fue vital para el porvenir de las fuerzas nacionales en los inicios de la guerra.
Alfredo Kindelán había ejercido como Director General de Aeronáutica en tiempos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Desde el 19 de julio, Kindelán organizó un puente aéreo para el transporte de legionarios y material bélico desde Tetuán a Sevilla.
Pronto los nacionales recibieron aviones Savoia, cazas Heinkel, y Junkers de transporte y bombardeo, enviados desde Italia y Alemania, conforme a las peticiones realizadas por Franco. (Leer: "Carta inédita de Franco a Hitler, 23 de julio de 1936)



Queipo de Llano preside una procesión en la Semana Santa de Sevilla 

Plaza de San Francisco, Sevilla. Los nacionales conducen
a los mineros de Riotinto detenidos. Archivo Municipal Sevilla


Los nacionales en el puente de San Telmo


Sevilla celebra el triunfo del Alzamiento Nacional

Mitin de Queipo de Llano

Sevilla, 20 y 21 julio 1936. Llegada del Ejército de Marruecos

Columna de Requetés, lucharon en Madrid, Sevil
la,
Teruel (en la foto), el Ebro y en toda España


                                                   Partes de guerra
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 Requetés de la Columna
Redondo, en el cartel se

s....relatan sus acciones de guerra

El 19 de julio, a la una y cinco de la tarde el ministerio de la Gobernación emitió un comunicado de vital importancia, pues es la creación "de facto" de las milicias populares dirigidas por miembros del Partido Comunista. Su  primer reflejo fue el armar y organizar a los milicianos que ayudaron a tomar el Cuartel de la Montaña; de ellos partió la iniciativa de asesinar a los oficiales y falangistas que se habían rendido. Es creencia que haber entregado armas a los milicianos en Madrid fue una decisión coyuntural y localizada, que más tarde se iría generalizando. No fue así, fue de origen institucional y pensada la entrega con suficiencia y antelación:

"¡Trabajadores: disponeos a luchar en guerra a muerte contra el fascismo1. En todas las ciudades, en todos los pueblos deben organizarse sin tardanza la resistencia y la ofensiva mediante la estrecha unión de las fuerzas obreras y republicanas y la correspondiente formación de cuadros de combate, a los cuales se facilitarán, a medida que sea posible, las armas necesarias. La República y la clase obrera juegan una carta decisiva en esta lucha. ¡Camaradas: a vencer por encima de todo y contra todo!"
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A las siete de la tarde de ese domingo, la República explicó la crisis ministerial (leer el Capítulo Cuarto):
.....Escuadrilla de bombarderos nacionales 
Savoia Marchetti 79

"Se decidió reconstituir el Gobierno que venía funcionando, sin más variación en su estructura que la de sustituir a D. Santiago Casares Quiroga y a D. Juan Moles, quienes, sufriendo graves quebrantos en su salud (...) designando para la presidencia del Consejo de Ministros a D. José Giral que sigue desempeñando la cartera de Marina, habiéndose conferido la de Guerra al general Castelló y la de Gobernación al general Pozas"
También la República comunicó ese día el siguiente parte de guerra:
"El pueblo debe permanecer tranquilo y alerta. El Gobierno, dueño de la situación, va dominando los focos rebeldes que quedan, y dentro de breves horas el restablecimiento de la normalidad será efectiva".
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Referente al bombardeo de Tablada, la República informó: "A las doce de la mañana salió del aeródromo de Getafe el aviador capitán Rexach en su trimotor, acompañado de cuatro aviadores más de su absoluta confianza.
Bombardeó el aeródromo de Tablada, donde aterrizó, y después de arengar a las tropas de Aviación y dejar organizada la defensa del aeródromo, al punto de que los rebeldes no pudieran acercarse a él, prosiguió el vuelo a Ceuta y Tetuán, donde también arrojó bombas y proclamas"
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Alzamiento Nacional,
partición de España

en las primeras horas del 18 de julio 1936

Muy distintos era lo narrado en los partes nacionales. El día 20, Queipo de Llano emitió un comunicado por la radio:
"¡Sevillanos! Las primeras fuerzas del Tercio han llegado a esta población y pronto entrarán en funciones para dominar a esos bandoleros que están deshonrando a Sevilla.
De Écija salió una columna, compuesta de soldados del Depósito de Recría y Doma, Guardia Civil y Falangistas (...). Granada, cuyo Gobernador militar anduvo un poco remiso, se ha sumado a nosotros.
En Ceuta, un destructor de la canalla sublevado contra sus oficiales, bombardeó aquella plaza, cuya Artillería repelió la agresión, poniendo en fuga al navío. ¡Viva España!"
El 22 de julio, ABC de Sevilla titulaba: Por la salvación de la patria. Guerra a muerte entre la Rusia Roja y la España Sagrada.
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Un andaluz poeta. Rafael Alberti prosoviético

Requetés de la columna Luis Redondo, con él al frente
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Requetés de Redondo y los pueblos conquistados por ellos
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El cardenal Segura

El cardenal Pedro Segura era el Primado de España cuando llegó la República. Segura solo admitía la monarquía, por lo que por sus duras críticas a la República y las libertades que conllevaba, fue expulsado de España, Tras triunfar el Alzamiento en Sevilla y morir el arzobispo de Sevilla, el cardenal Ilundain, Segura ocupó el arzobispado el 2 de octubre de 1937. Hasta su muerte, en 1957, se caracterizó por su visión reaccionaria en las costumbres, amenazando con excolmugar a aquellos que bailasen agarrados o asistieran a la representación de una comedia determinada en Madrid. Su forma de actuar sirvió de ejemplo para que sacerdotes de pueblos se negaran a absolverte en la confesión si no te retractabas, y así no volver a bailar agarrado.

Capilla de San José, julio 1936

En los primeros días de lucha tras el Alzamiento Nacional, los partidarios del Frente Popular se "desquitaron" atacando los bienes religiosos. En la fotografía se observa la Capilla barroca de San José. Debido a los asaltos que sufrió la capilla, desaparecieron, entre otras obras de arte, un óleo de Zurbarán y esculturas del imaginero Juan Martínez Montañés.
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